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A la cuenta de quién?… es la pregunta.

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Si la tarifa eléctrica o el valor del gas son altos lo importante es apuntalar el uso eficiente de estos recursos. Pero si por el contrario se opta por pedir un subsidio al Estado para hacer frente a las mismas, nos encontramos con que esta tarifa no va a variar sino que parte de la misma se convertirá en gasto difuso para el consumidor individual, que se minimiza en la factura pero se paga en otra cuenta que es la que corresponde a la fiscal y los impactos que esto tenga en el resto de las prestaciones del Estado de las cuales todo somos beneficiarios.

El Estado es una gran empresa sin fines de lucro que busca obtener bienes y servicios a bajo costo, con mayor eficiencia que la que se puede obtener por compras individuales.

No obstante ello son quienes dirigen la empresa quienes fijan las normas para la gestión del mismo en un acuerdo con los socios, con quienes mantienen una comunicación formal en los períodos electivos e informales por medio de relevamientos de opinión.

En este sentido cuando la sociedad consume cada uno de sus miembros es responsable por el costo de aquello. Se trata de una compra que fue decidida en forma individual atendiendo a su propio beneficio.

Si el precio de aquella compra individual resulta gravoso es una decisión personal el continuar con aquel consumo o hacerlo más eficiente.

Por el contrario cuando el Estado realiza una compra no es posible individualizar el beneficio individual ya que lo que se busca la mejora colectiva.

Estos conceptos en muchas oportunidades se pierden de vista y la sociedad expresa esta anomalía cuando manifiesta que ciertos conceptos pueden escindirse de lo público en lo privado.

Así resulta lo que se expresa como educación, salud, o seguridad en dos categorías definidas como públicas o privadas.

Estas deformaciones en la definición entre lo público y lo privado nos llevan a confundir el uso de los instrumentos con los que el Estado cuenta para distribuir los recursos de manera colectiva de beneficio difuso.

Cuando por ejemplo un consumo individual de beneficio personal se trata de cargar al Estado por vía del concepto de subsidio de la tarifa estamos desfigurando la función del mismo, o convalidando una visión errónea de este.

La tarea de mayor importancia que puede hacer un gobierno y es poner en claro ante la sociedad que  lo que se denomina público o de beneficio colectivo, o aquello que es estrictamente individual. Desde allí todas las acciones resultarán equitativas y por lo tanto la presión fiscal será soportada con un mayor compromiso.